El nombre de mi hermana era precioso. Y raro. No sé dónde lo habían sacado mis padres; a mí nunca se me habría ocurrido.
Ellos están preocupados por el colegio; los he visto reunirse con la tutora. ¿Cómo puede ser que vaya a entrar en la escuela nada más nacer? No sé si podré defenderla de los abusones…
Luego estaba lo de la litera; yo les dije que no me importaba compartir la que había sido mi cuna, pero acostarla en una cama no me parece buena idea. Se va a perder con tanto sitio.
Y es que ella iba a ser muy chiquita: imposible encontrarla bajo la delgada barriga de mamá.
FIN
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