Primera parte de un relato (tenebroso y canalla) escrito para Masticadores. La habitación 64 da para mucho…
Jorge Aldegunde interpreta a su manera la Habitación 64, un proyecto de 15 escritores que publicaremos en un libro colectivo en Enero. – j re crivello editor
Está colocada; hasta arriba. Con todo, conducirá, siquiera porque yo estoy aun peor. Se nos ha ido la mano con el champán y el polvo blanco –asumo que será el único que echemos esta noche–. Le da por ser osada; verbigracia: sostiene que no se quiere poner el «puto cinturón». Que la atosiga, le resta espacio vital. Yo soy de otra opinión: obediente, pienso que salva vidas, pero estoy tan hecho mierda que no sé si quiero que redima la mía y, al final, olvido abrocharlo. Detrás va el comando lote; están como para ajustarse nada. En plena calentura, lo suyo es comerse la boca y buscarse las cosquillas en la entrepierna. Estiro la oreja para escuchar los ecos de algún gemido…
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