Sufriendo lo indecible por amor forjó su leyenda de poeta. Su pluma alumbró versos bellísimos y desgarradores; las musas se mostraban benévolas con él.
Cuando por fin se decidió a conocerla, todo fue muy rápido: noviazgo y boda fulgurante. Desde entonces viven felizmente casados.
Hubo de cambiar, eso sí, su registro literario: desde aquel “sí quiero”, no hay prosa más efectiva que la suya en la sección de necrológicas.
FIN
Eres contundente Javi!!!!! y creativo!!!!! bueno
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Perdona Jorge!!!!!!! es la edad que «tanto me dan cien que cincuenta»….es un dicho,o sea en micaso que confundo cosassss…disculpa JORGE!!!!!!!!!!!!
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¡Buen día, Ana! Jaja…¡No te preocupes! Veo que también eres de las que madrugan…Estoy rescatando algunos micros que tenía en el tintero…Este era uno de ellos. ¡Muchas gracias por pasarte, leer y comentar! ¡Un fuerte abrazo para ti!
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tal cual tu seña de identidad
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Bueno…El toque «acid house» tiene algo de herencia también, ¿no? Jajaja. ¡Un beso!
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Jeje… Si es que no es fácil vivir de la escritura… Hay que adaptarse a todos los géneros. Un abrazo, Jorge
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¡Claro! Es mejor intentar ser un escritor con recursos…¡Gracias por leer y comentar! Un abrazo fuerte, Mayte.
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Me matas! En sentido figurado, claro… Grande.
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¡Gracias! Me ha quedado un poco ácido…¡Un beso!
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