
***
Espero el milagro. Me volví a quedar frito frente a los apuntes. Cuando desperté, solo quedaban cincuenta minutos para la prueba. Invertí cinco en ducharme y dos en desayunar; tan solo necesitaba quince para llegar a la universidad. Lo que me dejaba exactamente veintiocho para repasar un tema de entre los cien evaluables. Recordé mi viejo zocchiedro y lo tiré al aire; salió el ochenta y tres, y me arriesgué.
Tras el examen, advertí muchas caras largas, pero la mía no estaba entre ellas. De vuelta, reparé en que hacía un lustro que no compraba lotería. Y volví a lanzar el dado.
FIN
Qué haya suerte¡¡¡¡
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Muchas gracias! Gracias también por pasarte, leer y comentar. Un abrazo y que tengas buen día.
Me gustaMe gusta
Me gustó, el detalle del dado es muy bueno. Yo también suelo tirar dados, pero principalmente de 20 caras.
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Muchas gracias! Es un pequeño homenaje a los dados de rol. Lo dicho: muchas gracias por pasarte, leer y comentar. Que tengas un buen día.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Un gran homenaje. Es bueno conocer más personas que les gusten los juegos de rol.
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Sí! Conservo las guías de algunos, aunque ya no les puedo dedicar tiempo…Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
👏👏👏👏👏👏👏👏
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Gracias, Quinny! Un abrazo fuerte para ti. Que pases un feliz día.
Me gustaMe gusta
Mucha suerte tuvo, merecuerda a mi microrrelato del encontronazo…, la suerte a veces es así…
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Lo leeré! Pues sí. con los exámenes –y todo lo demás–, mejor no dejarlo al albur de un dado de cien caras…¡Un abrazo!
Me gustaMe gusta
Pingback: Faltan muchos | Blog de Aldegunde